El zinc es un oligoelemento esencial que es crucial para el crecimiento, el desarrollo y el mantenimiento de la función inmune. Su influencia llega a todos los órganos y tipos de células abarcando cientos de enzimas clave y factores de transcripción.
El zinc participa en múltiples procesos del sistema inmunológico.El zinc es requerido para la síntesis de ADN y como un cofactor enzimático para las células inmunes. El sistema inmunológico no funciona apropiadamente si no hay suficiente zinc en el cuerpo, es por ello que las personas con deficiencia de zinc experimentan una mayor susceptibilidad a padecer infecciones, incluidas las infecciones de las vías respiratorias.
El zinc también funciona como antioxidante y puede estabilizar las membranas.
Los mecanismos inmunológicos mediante los cuales el zinc modula la mayor susceptibilidad a la infección se han estudiado durante varias décadas. Está claro que el zinc afecta a múltiples aspectos del sistema inmune, desde la barrera de la piel hasta la regulación genética dentro de los linfocitos.
Durante los últimos 50 años se ha acumulado una gran cantidad de evidencia para demostrar la actividad antiviral del zinc contra una variedad de virus y a través de numerosos mecanismos. El zinc se comporta como un antiviral directo, así como un estimulante de la inmunidad antiviral y la liberación de interferón relacionada con el sistema inmune, además regula la respuesta inmune del huésped a la infección, al mejorar las barreras de la membrana mucosa, la función de los leucocitos y la expresión de citocinas.
El zinc es necesario para retardar la replicación viral de ARN y también regula las citocinas inflamatorias. La pérdida de olfato y de gusto, como se informa en COVID-19 y también los síntomas comunes de la gripe, son signos clásicos de deficiencia de zinc. Otro hecho muy importante es que el medicamento cloroquina, que se muestra prometedora como agentes anti-coronavirus, mejora la absorción celular de zinc. Esta podría ser una de las razones por las que parece ser beneficioso.
La deficiencia de zinc es sorprendentemente común, afecta a hasta una cuarta parte de la población en los países en desarrollo, pero también afecta a distintas poblaciones en el mundo desarrollado como resultado del estilo de vida, la edad y los factores mediados por la enfermedad.
La suplementación con zinc se ha estudiado ampliamente en países en desarrollo, donde la deficiencia de zinc es común, ya que este elemento es un micronutriente esencial para muchas funciones fisiológicas.
El uso terapéutico de zinc para infecciones virales como el virus del herpes simple y el resfriado común se deriva de sus mecanismos antivirales. Varios estudios han demostrado que los complementos de zinc, incrementan la resistencia a las infecciones, incluso cuando la nutrición de zinc es normal.
La revisión Cochrane muestra el beneficio de los suplementos de zinc para disminuir la duración de las infecciones de vías respiratorias, mejorando el dolor de garganta, la tos, la secreción nasal, así como el dolor de cabeza.
Zinc reduce la incidencia y la duración de las infecciones respiratorias
Dosis de suplementación de zinc: 10- 70 mg/día.
Nota: Aunque el VRN del Zinc es de 10 mg/día en Europa, la mayor parte de los estudios realizados, entre ellos la revisión Cochrane, indican que cuando hay déficit del mismo o durante un resfriado o proceso infeccioso respiratorio, dada la alta seguridad del Zinc, sería mejor usar una dosis de 70mg/día durante todo el resfriado o proceso gripal. El único efecto secundario posible sería el mal gusto y náuseas.
Precauciones: Cuando se ingieren con el estómago vacío pueden provocar náuseas y otras molestias digestivas. Por lo tanto, siempre se recomienda administrar el zinc después de las comidas. La suplementación de dosis elevadas de zinc durante períodos cortos de tiempo puede ser beneficiosa en determinados pacientes, pero debe mantenerse preferiblemente por debajo de 100 mg al día.